1 julio 2025
Joh. 14, 6
Jesús, el camino hacia el Padre
Jesús habla: Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
Querido lector,
Esta tríada divina «camino-verdad-vida» es uno de los discursos de despedida de Jesús. Jesús pide a sus discípulos que sigan creyendo con valentía en Dios y en Él (Evangelio de Juan 14,1). Él volverá al Padre y preparará un hogar en el cielo para los que confían en él. Hay un hogar eterno en el cielo para todos los que aman a Dios Padre y al Hijo Jesucristo. El camino es Jesús mismo. Los que confían en él encontrarán el camino al Padre en el cielo.
Esta verdad espiritual me ha llevado al sello que quiero mostrarles hoy. Procede de Italia y fue diseñado para los automovilistas en 1957. En letras grandes, advierte a los conductores: «Ten cuidado en la carretera». Este mensaje sigue siendo de actualidad. Saltarse un semáforo en rojo pone en peligro la vida. El camino hacia la eternidad no debe comenzar violentamente en un cruce de carreteras.
También hay «luces rojas» en sentido figurado en la vida de fe. Dicen claramente "¡Alto! ¡Hasta aquí y no más allá! Advierten contra un estilo de vida temerario que pone en peligro la vida y la integridad física de los demás. Y que, sobre todo, se pone en peligro a sí mismo.
El apóstol Pablo advierte a los creyentes en la carta a los Gálatas 5, 19 - 21 y muestra los «semáforos en rojo» que deben observar los cristianos. „Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.“
Jesucristo nos muestra el «semáforo verde»: a través de ÉL se abre el camino al cielo, se abre el camino al Padre que está en los cielos. Sólo a través de ÉL reconocemos la verdad. Su palabra es la verdad (Juan 17:17). Sólo de ÉL recibimos la verdadera vida, la vida en abundancia celestial. ÉL da la vida eterna, que comienza aquí y ahora.
Muchas gracias por visitarme y escucharme. Que Dios te proteja en espíritu, alma y cuerpo. Espero verles de nuevo en el próximo sermón corto el 15 de julio de 2025.