1 de marzo de 2024

 

Evangelio de Mateo 24, 35

Jesucristo dice: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.

 

Querido lector,

 

En 1521, Martín Lutero se presentó ante el hombre más poderoso del mundo. Lutero, un insignificante monje, tuvo que responder por sus escritos ante el emperador en Worms. El sello de Deutsche Bundespost que le muestro hoy conmemora esta Dieta Imperial (texto: "Lutero ante Carlos V, Worms 1521").

 

Martín Lutero quería reformar la Iglesia católica romana y para ello se apoyaba en la autoridad de la Biblia. La Sagrada Escritura era la medida de todas las cosas. Y todo el mundo debía poder leer la palabra de Dios. Por eso tradujo más tarde el Nuevo Testamento al alemán.

 

El emperador Carlos V gobernó en Europa. Su influencia llegó hasta las colonias latinoamericanas, que explotó. Se dice que el emperador Carlos V dijo: "En mi imperio, el sol nunca se pone".

 

La Reforma, que había iniciado Martín Lutero, nunca se puso. Ni siquiera el hombre más poderoso del mundo en aquel momento pudo detenerla. Lutero tradujo la Biblia latina al alemán. La palabra de Dios se extendió por toda Europa.

 

Muchos cristianos leen todavía hoy la llamada Biblia de Lutero. Yo mismo conservo una antigua Biblia de Lutero.  Fue impresa en alemán por la "American Bible Society New York" y llevada a Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. Fue mi primera Biblia. Estoy muy agradecido por estas primeras palabras de Dios en mi vida.

 

La Federación Luterana Mundial escribe en su página web: "La Federación Luterana Mundial (FLM) es una comunidad mundial de iglesias luteranas. Fue fundada en 1947 y en la actualidad cuenta con 149 iglesias miembros en 99 países de todo el mundo, a las que pertenecen más de 77,8 millones de cristianos." ¡Martín Lutero y Carlos V estarían asombrados hoy!

 

El emperador Carlos V y su Imperio del Sol ya no existen. Sólo los historiadores y los alumnos de las clases de historia siguen interesándose por él. Pero la palabra de Dios sigue viva hoy y habla a la gente de todo el mundo. Lo que Jesucristo nos dice en el Evangelio es eterno. Su Evangelio sigue brillando hoy como el sol y toca nuestros corazones con su amor, su misericordia y su fidelidad.

 

Al igual que hace 500 años, hoy gobiernan los poderosos. Cambian las fronteras e intentan construir sus "imperios solares" con sus políticas. ¿Qué quedará de ellos?

 

Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Evangelio de Juan, 8, 12)

 

Quien sigue a Jesucristo vive cada día en su "reino del sol". Para ellos, el sol del amor de Dios nunca se pone. Permanece en Dios y Dios en él (véase también el Evangelio de Juan 15, 5).

 

Muchas gracias por escucharme. Que el amor de Dios inunde su vida cotidiana como el sol. Les invito cordialmente al próximo devocional con sellos el 15 de marzo. Hasta entonces, les deseo la bendición y la protección de Dios en espíritu, alma y cuerpo por nuestro Señor Jesucristo.

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