Estimados lectores,

Me gustaría mostrarles de nuevo dos sellos con un mensaje cristiano:

El sello húngaro muestra la escultura que se alza en el jardín del edificio de la ONU en Nueva York. En 1959, la Unión Soviética donó esta escultura de un escultor ruso a la ONU. Su objetivo es recordar los objetivos de paz de la Carta de las Naciones Unidas. Las espadas se convertirán en arados. Los tanques se convertirán en tractores agrícolas. Ninguna nación volverá a hacer la guerra a otras naciones. 

Esta imagen es una visión bíblica. Habla del reino de paz del Mesías.

La escultura y su mensaje bíblico parecen haber caído en el olvido hace mucho tiempo. Incluso si no estuviera en el jardín frente a la ONU, sino justo al lado del atril de la Asamblea General de la ONU, dudo que cambiara algo. 

En estos tiempos volvemos a experimentar claramente que ni la palabrería ni las esculturas conducen a la paz entre los pueblos. Ni siquiera los sellos pueden hacerlo. El cambio sólo se produce cuando tratamos a los demás con el espíritu de Cristo. 

Este es el tema del segundo sello de 1968, cuando los católicos alemanes se reunieron bajo el lema "En medio de este mundo". Se puede ver la cruz de Jesucristo y una paloma. 

Este mensaje sigue siendo válido hoy: En medio de este mundo, en el que se libran armamentos militares y sangrientas batallas, se alza la cruz de Jesús. Jesucristo es el Príncipe de la Paz (Isaías 9:5 + 6). Sólo él puede traer la verdadera paz. Sin él sólo hay innumerables cruces sobre las tumbas.

El apóstol Pablo escribe en 2 Corintios 5, 19 + 20: “Esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios.»

El sello no sólo muestra la cruz, sino también una paloma. Puede representar una paloma de la paz, pero también al Espíritu Santo. El Espíritu Santo está representado pictóricamente por la paloma. 

Ni las viejas esculturas ni los viejos sellos nos cambian. Sólo Dios mismo puede hacerlo mediante el milagro de la fe. Su Espíritu puede cambiar nuestros corazones. Jesucristo puede y quiere hacer de nosotros personas de paz. Los cristianos debemos ser embajadores de paz y reconciliación.

No tengo ninguna esperanza de que la razón convierta las espadas en arados. Pero tengo la confianza de que el Espíritu de Dios puede hacer de cada ser humano un instrumento de Su paz. Y tengo la gran esperanza de que la visión bíblica se cumplirá pronto.

Gracias por escucharme. Les deseo unos días de Pascua llenos de bendiciones. Aférrense a Jesucristo, que llevó a la cruz el pecado de todos los hombres. Aférrense a la esperanza de la resurrección. Jesucristo vive y traerá su reino de paz. ¡ÉL os bendice!