2º domingo de mayo: Día de la Madre

 

Génesis 20, 12:

Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios.

 

Queridos lectores,

 

Tratar a los padres con respeto es un mandamiento antiguo. Cuando Moisés recibió los Diez Mandamientos de Dios en el monte Sinaí, este mandamiento también formaba parte de ellos. Debe ser de gran importancia para Dios, porque viene antes de estos importantes mandamientos:

 

No matarás.

No cometerás adulterio.

No robarás.

 

Tratar a los padres con respeto, honrarlos, eso forma parte de la base ética de una sociedad intacta. No se trata de conceder una medalla al padre o a la madre. Significa reconocer a los padres en la familia y en la sociedad. Tratarles con dignidad, incluso cuando son ancianos y frágiles.

 

El segundo domingo de mayo celebramos tradicionalmente el Día de la Madre. Recuerdo que de pequeño siempre regalaba a mi madre un ramo de lilas maravillosamente perfumado y una tarta. Por supuesto, todo lo pagaba mi padre, porque yo no tenía dinero. 

 

En la vejez, mi madre ya no necesitaba una tarta. Necesitaba cuidados. Necesitaba la ayuda de la familia. Necesitaba que la apreciaran en su demencia.

 

Los dos sellos de Austria y Hungría muestran a dos madres con sus hijos pequeños. Son motivos preciosos. Madres felices, hijos felices. Madres que quieren a sus hijos. Niños que quieren a sus madres.

 

El amor que une a los padres con sus hijos debe permanecer de por vida. Pero esto sólo puede tener éxito si padres e hijos se tratan con respeto. Incluso cuando los padres se convierten en una carga a causa de la enfermedad y la discapacidad. 

 

En Jesucristo puedo ver esta interacción amorosa y respetuosa con su madre. Cuando muere en la cruz del Gólgota, dice a su discípulo Juan y a su madre (Evangelio de Juan 19:26):

 

Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: —Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento ese discípulo la recibió en su casa.”

 

Jesús cuida de su madre. Pone la carga del cuidado en el corazón de uno de sus discípulos. No duda y acoge a esta mujer. La cuida. La cuidará como cuidaría a su propia madre.

 

Me gustaría animaros hoy a pensar de nuevo en vuestra relación con vuestros padres. ¿Cómo puede renovarse el amor por la madre, por el padre? ¿Cómo tender un puente cuando la relación se ha roto? ¿Cuándo se ha perdido el respeto mutuo? 

 

Y si tus padres ya no viven, ¿dónde hay madres solas en tu comunidad o en el barrio que esperarían una visita? ¿Una visita con un ramo de flores? ¿O una invitación a tomar un café con un buen pastel? ¿A lo mejor abres tu casa para un Día de la Madre muy especial? ¿Quizá puedas hacer feliz a alguien por un momento?

 

Gracias por escucharme. Te invito cordialmente al próximo devocional con sellos el 1 de junio. Hasta entonces, te deseo la bendición y la protección de Dios en espíritu, alma y cuerpo.

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