15 de julio de 2023

 

Salmo de David.

 

1 El SEÑOR es mi pastor, nada me falta.

2 En verdes pastos me hace descansar, y me guía junto a arroyos tranquilos.

3 Me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia, por amor a su nombre.

4 Aun cuando atraviese el negro valle de la muerte, no tendré miedo, pues tú irás siempre muy junto a mí. Tu vara de pastor y tu cayado me protegen y me dan seguridad.

5 Preparas un banquete para mí, en presencia de mis enemigos. Me recibes como invitado tuyo, ungiendo con perfume mi cabeza. ¡Mi copa rebosa de bendiciones!

6 Tu bondad e inagotable generosidad me acompañarán toda la vida, y después viviré en tu casa para siempre.

 

Queridos lectores,

 

el sello que le muestro hoy conmemora la apertura de la frontera interior alemana en 1989. Esta frontera dividía Alemania en Este y Oeste, en una dictadura y un país libre. Cuando se abrieron los muros y las vallas fronterizas, muchas personas viajaron al Oeste libre por primera vez en su vida. Aún recuerdo estar junto a un "Trabi" azul claro en una gasolinera de la autopista (se puede ver este coche en el sello). Un joven llenaba el depósito de su pequeño coche. Estaba radiante de alegría. Por fin podía ir en coche a donde quisiera. Por fin era libre. Me alegré con él.

 

Tras la caída de la frontera interior alemana, solo había una dirección para mucha gente: hacia el oeste. No para poder viajar como refugiados, sino como personas libres a un país libre. 

 

El Salmo 23 también habla de libertad. El buen pastor Jesús conduce a la libertad. Libera a las personas de la dictadura del pecado y las conduce por el camino de la justicia. Dios nos conduce siempre por el camino de la justicia. Lo garantiza con su nombre. Dios nunca conduce a las personas a la injusticia. Nunca lleva a la opresión. Porque la injusticia y la opresión son pecado. Dios no quiere la injusticia.

 

Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.“ dice Jesucristo (Evangelio de Juan cap. 8, 36). Quien ha experimentado esta libertad ya no puede oprimir a sus semejantes, ya no puede tratarlos injustamente. 

 

La libertad que nos da Jesucristo cambia la vida. La nueva libertad que nos da Jesús nos hace capaces de ir al encuentro de nuestros semejantes con amor. Porque Dios es amor (1 Juan 4:16b). Amar significa tratar a los demás con estima y respeto. Amar significa evitar toda injusticia y toda forma de opresión. Amar significa no dar más lugar al engaño y a la mentira.

 

El buen pastor Jesús nos conduce por el camino de la justicia. David habla del "camino de la justicia" en el Salmo. Es un camino estrecho, no una autopista. Este camino de justicia no nos lleva a los cristianos por paisajes soleados y gloriosos. El camino de la justicia nos lleva justo por el medio de un mundo oscuro de injusticia y opresión, violencia y pecado. Pero nuestro buen pastor Jesús garantiza con su nombre que llegaremos sanos y salvos a nuestro destino por este camino.

 

¿Qué tal si invitamos a las personas que encontramos en el camino y que aún no conocen la justicia de Dios? ¿A los que aún no conocen su amor y su misericordia? ¿Qué tal invitar a nuestros semejantes a caminar por la senda de la justicia con Jesucristo y llegar así a conocer el nuevo modo de vida de la libertad?

 

Los que aceptan esta invitación pueden alegrarse de todo corazón. Como aquel joven conductor en la gasolinera. Llenémonos del amor de Dios, llenemos nuestros corazones de la justicia de Dios. 

 

Gracias por escucharme. Les invito cordialmente al próximo devocional con sellos el 1 de agosto con el Salmo 23, versículo 4. Hasta entonces, les deseo que Dios les bendiga y les conserve en espíritu, alma y cuerpo por medio del buen pastor Jesús.

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