1 de octubre de 2024 Saltando muros
Dios mío, podré asaltar murallas.
Ps. 18, 29
Estimados lectores,
El 3 de octubre, los alemanes celebramos el DÍA DE LA UNIDAD ALEMANA, nuestro día festivo. La revolución pacífica en la RDA derribó el Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989. Para el pueblo de Alemania Oriental se abrieron por fin las puertas de la libertad. Había llegado el fin de la opresión. Ahora todos podían viajar al Occidente libre.
Recuerdo muy bien aquella época. Como muestra el sello, los Trabants de Alemania Oriental también circulaban por las carreteras de Alemania Occidental. Alemania estaba muy animada. El sello de 1994 me lo recuerda.
La caída del Muro de Berlín me recuerda un salmo del rey David. Incluso salta por encima de los muros. Es su canto de acción de gracias por su salvación. David da gracias a Dios por su liberación de sus enemigos. Con miedo mortal, clamó a Dios. Dios escuchó sus gritos de auxilio. Dios todopoderoso le libró de su angustia. Dios le dio una nueva vida y, con su ayuda, pudo «saltar los muros». Por encima de los muros del miedo, la desesperación y la muerte.
Leí esta frase del pastor estadounidense Max Lucado: «El poder de la oración no depende de quien la dice, sino de quien la escucha». Esto es exactamente lo que experimentó David. Su canto de salmo da testimonio de la grandeza de Dios. El canto de acción de gracias de David habla de la mano fuerte de Dios que le liberó de su miedo. No fue la gran fe de David. Él también, como mucha gente, tenía miedo y estaba desesperado. No fue su fuerza la que le permitió superar los muros del miedo. Estoy convencido de que ningún ser humano supera los muros del miedo, la desesperación o la amenaza de muerte mediante un esfuerzo de voluntad o consignas de perseverancia. Fue Dios mismo quien le ayudó a superar esos muros.
En el coral «Alabado sea el Señor, el poderoso Rey del Honor», el poeta Joachim Neander canta «¡En cuántas angustias ha extendido sus alas sobre ti el bondadoso Dios!». No sabemos qué penurias le afectaron. ¿Fueron las penurias materiales, la enfermedad o la soledad? Cuando Dios extiende «alas» sobre nosotros como un pájaro sobre sus polluelos, nos ayuda a saltar los «muros». Con la ayuda de Dios, los «muros» se pueden sobrevolar.
El Muro de Berlín fue derribado. Todavía se pueden encontrar aquí y allá trozos sueltos como recuerdo de una época oscura de la historia alemana. Pero los obstáculos de nuestras vidas no pueden derribarse tan fácilmente como un muro de hormigón. Algunos muros permanecen obstinadamente en su lugar, algunos incluso de por vida.
Pero con la ayuda de Dios, ¡podemos dejarlos atrás! Qué valiosa es esta experiencia de que el Dios todopoderoso también puede derribar los «muros» cotidianos que nos rodean. En su amor, Dios siempre nos coloca en un amplio espacio abierto. Cuando Dios nos ayuda y somos capaces de saltar los «muros», nos abre un nuevo espacio vital. Entonces nos permite avanzar de nuevo, reconfortados y confiados. No importa cuántos obstáculos sigamos encontrando. Ningún obstáculo, ningún muro será tan grande que no pueda superarse con la ayuda de Dios.
Te animo a que no sigas temiendo los «muros de preocupación» de tu vida. Confía tus preocupaciones y necesidades a Jesucristo. Pídele que te ayude a superarlas. Por favor, recuerda: ¡la fe en Dios puede mover montañas! Confía en Jesucristo.
Muchas gracias por escucharme. Les invito cordialmente al próximo devocional, el 15 de octubre. Que Dios les bendiga. Que os guarde en cuerpo, alma y espíritu.