1 de julio de 2024

 

Apocalipsis de Juan 2, 7

El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

 

Estimados lectores,

 

En 1972 se celebró en Budapest (Hungría) el XI Congreso Internacional de Audiólogos. El servicio postal húngaro dedicó a este congreso un sello con la imagen de una oreja.

 

Unos dos mil años antes, Juan escribió siete «cartas» en nombre de Jesús a siete iglesias de Asia Menor. También tratan el tema de la «escucha». Los lectores deben escuchar atentamente lo que Jesucristo dice a su iglesia mundial. En realidad son amonestaciones y saludos desde el cielo. Allí, el Rey Jesucristo reina sobre su iglesia mundial. Sus palabras son válidas para todos los cristianos en todos los lugares del mundo y en todos los tiempos.

 

Las siete cartas nos invitan a escuchar con atención. Todos los que pertenecen a la comunidad cristiana deben escuchar atentamente lo que el Espíritu de Dios tiene que decirles. Porque todos los cristianos también tienen oídos. No importa si son ancianos o jóvenes, mujeres u hombres. Todos deben escuchar atentamente lo que el Espíritu de Dios les dice. No deben cerrar los oídos cuando Dios les habla.

 

Con estas epístolas, Jesucristo envía a su pueblo un informe provisional. Envía a sus fieles una especie de «lista de control». Los cristianos deben comprobar específicamente si siguen por el buen camino o qué hay que cambiar. Esto es muy importante para Jesús. Porque Jesús quiere preparar a sus congregaciones para su regreso.

 

Por ejemplo, se trata de la cuestión del amor a Jesucristo. ¿Sigue caracterizándose esta relación con él por el amor? ¿O no queda nada ardiendo en tu corazón? ¿Y el amor al prójimo? O Jesús pregunta por la fidelidad a él incluso en tiempos de sufrimiento. En otro pasaje, Jesús anima a la pequeña iglesia, formada sólo por un puñado de cristianos, a ser fiel. A estos fieles les anima a ser pacientes con él. Jesús aborda estos y muchos otros temas importantes en su informe provisional. Te animo a que leas por ti mismo estas breves declaraciones del cielo.

 

Esta prueba provisional es importante para Dios. Por ello, las Iglesias y sus dirigentes también deberían dedicar tiempo a tratar intensamente estos temas de fe. Lo hacemos de forma habitual en otros ámbitos de la vida: 

 

Los deportistas, estudiantes o profesionales siempre están comprobando dónde se encuentran con sus conocimientos y habilidades. Cualquiera que se interese por su deporte, su educación o su profesión está constantemente comprobando qué puede cambiar o mejorar. 

 

O piense en su ordenador o su smartphone. Estos dispositivos necesitan actualizaciones de software periódicas para mantenerse al día. Es peligroso prescindir de esas actualizaciones.

La fe no es diferente. Las epístolas del Apocalipsis nos ofrecen una actualización de nuestra fe. Nuestra fe en Jesucristo debe ser probada y corregida por el Espíritu Santo una y otra vez.

 

Jesucristo nos ofrece su ayuda. Quiere ayudarnos a seguir siendo «luz y sal» en nuestra sociedad del siglo XXI. Quiere ayudarnos a vivir cada día nuestra fe con la fuerza del Evangelio y a transmitir con alegría la buena nueva a nuestros semejantes, de palabra y de obra. Jesús quiere que le sigamos siendo fieles.  

 

Que Dios nos conceda a los cristianos el valor de escuchar estas pruebas intermedias. Que Dios nos dé oídos dispuestos a escuchar incluso cuando el Espíritu de Dios tenga cosas incómodas que decirnos. Dios no habla por nuestra boca. Que nos dé oídos del corazón que estén abiertos a su ayuda amorosa y al mismo tiempo amonestadora.

 

Muchas gracias por escucharme. Les invito cordialmente a la próxima devoción, el 15 de junio. Hasta entonces, les deseo la bendición y la protección de Dios en espíritu, alma y cuerpo por nuestro Señor Jesucristo.

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